Biografía de Mario Patiño >> Galeria
nació en Uruapan, Michoacán. México el 8 de enero de 1962.
"Yo empecé pintando dedicada y disciplinadamente hace 20 años. Ahora tengo 44 años y sigo haciéndolo. A mediados de los 80's el SIDA a mi alrededor fue el catalizador de mis angustias y obsesiones, dónde la única salida que tenía para no suicidarme o enloquecer fue la pintura. Durante muchos años, el SIDA , la violencia, el dolor y las enfermedades terminales fueron el motor y tema principal de mi obra pictórica (imágenes IM6 e IM7). Conforme la pérdida de seres keridox iba en aumento, empecé a aislarme secualemente hasta que en 1994 decidí convertirme en manosexual, razón por la cual mi gran carga sexual se transifrió a mis imágenes visuales. En 1999 con la accesibilidad de el 3D empecé a liberar un poco mis fantas-ias-smas sexuales. Así surgieron mis primeros intentos en este medio (imágenes MF's y MM's) las cuales eran generadas en un programa y luego exportados a otro para generar los fondos ambientales (imagen 'sebclasic). Desde hace tres años ya hago todo en un solo simulador.
Mencionaba mi fantasía de los amantes cyborgianos libres de SIDA; por supuesto que esto no conlleva prejuicio o peyoratividad alguna, sino que me refiero a la ausencia de la componente de la angustia, la pérdida y el dolor que ello conlleva. A la seguridad emocional que me daría el volver a tener sexo nuevamente sin la preocupación-tensión de una posible infección.
Durante 1998-2002 traduje algunas de mis imágenes 3D al medio convencional de la pintura; como lo muestran las imágenes 1998-ACG, y MM3, las cuales son dos vistas distintas de la misma escena generada en el simulador. Esto me aburrió sobremanera, y a partir del 2003 genero escenas completas en los generadores, las cuales se imprimen y exponen directo de la computadora al papel. Ahora imprimo las llamadas piezografias, que es lo último en impresión digital.
El quehacer 3D ha remplazado en gran medida mi componente de arte figurativo tradicional. El arte abstracto llena completamente este espacio y representa la contradicción incesante entre los opuestos. La luz, elemento fundamental de mis piezas abstractas es la romantización de mi última utopía; el cambio: la re-educación existencial y amoroxa, la ausencia de prejuicio,...en fin..una utopía existencial.
Te diré, que es lo que me ha seducido desde los tiempos de los primeros ordenadores personales, en 1984. Sin embargo, es hasta 1999 que las computadoras más potentes bajan de precio, al igual que el software de simulación 3D. Paralelamente surgen los primeros modelos virtuales, como la imagen de San Sebastian que tienes en tu sitio y data de esa fecha. Las texturas no eran fotorealistas. Hace 3 años surgieron los nuevos modelos virtuales con mejores coyunturas, mayor resolución de mallas, capacidades de 'morph´, y texturas fotorealistas; por ende más realistas. Razón por la cual generé un nuevo San Sebastian con este modelo y utilicé la vieja imagen de 1999 como textura para el piso. Esta fu re-generada en el 2005. La iimagen 'FEMSUF' fué generada en el 2003 y a partir de esta serie decidí incluir elementos gráficos como los diagramas de flujo, caracteres chinos, códices mayas, poemas existencialistas y decadentes. En esta imagen y en la mayoría uso gráficamente las instrucciones de lenguaje de máquina de los primeros microprocesadores, que es lo posterior al código binario, que es lo que en realidad son los modelos virtuales; colecciones de polígonos reducidos a una combinación de ceros y unos. Dentro de estos generadores 3D, me permito el uso irreverente de fuentes de luz y perspectivas falsas para enmarcar a los amantes virtuales del futuro. Estos modelos virtuales son mis fantasías y espero por la primera generación de cyborgs masculinos para seleccionar mi @m@nt@ a la medida de mis emociones y sexualidad; libres de SIDA, reclamos, negociaciones y d e s a m o r es ... Paralelamente trabajo la pintura figurativa y abstracta, a lo cual hacen más alusión las criticas de arte que te adjunto. Te anexo algunas imágenes de pintura, que posiblemente habrás visto por ahí perdidas entre ceros y unos. El resto de la imágenes que te adjunté fueron generadas en el 2004. Las que te adjunto ahora, digitales (andróginos) fueron creadas el año pasado, y 'suicide rayT" se generó en el 2003, esta fue la primera que generé con los modelos nuevos. Por lo que respecta a las pinturas, todas son acrílico sobre madera, intituladas, con los siguientes años de creación y medidas: s1a - 2004, 122x122 cm s1b - 1999, 180x122 cm s1c - 1999, 122x80 cm s1d- 1999, 90x70 cm s1e - 1998, 122x122 cm s3 - 1998, 104x80 cm 2005-1 - 2005, 122x122 cm 2005-2 - 2005, 122x80 cm
MARIO PATIÑO Pachuca, Hgo. México. mapasa1962 @ yahoo.com
ESTUDIOS DE ARTE:
1991 - 1992 Mission Cultural Center, San Francisco, CA. 1990 - 1991 Artist in residence, The New York Foundation for the Arts 1989 - 1990 Los Angeles City College. 1982 - 1983 Estudios personalizados con el Maestro Rodolfo Morales. 1984 - 1993 Estudios personalizados con la Maestra. Lucina Cárdenas, egresada de: Schaeffer School of Design, San Francisco, CA.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES:
- "Imágenes del planeta X", 2006, TAR, Oaxaca, Oaxaca. - "Amant@s", 2005, Espacio alternativo "El Asesino", Valencia, España - "Xingado", 2004, Fundación Arturo Herrera Cabañas, Pachuca, Hgo., - "X", 2002 , "POZ Galería", Nueva York, NY. - "Alfiletéandose la pupila", 2001, Lambda , Barcelona, España. - "Binary Code", 2000, KulturZentrum, Munich, Alemania. - "Entre ansiedades y otras pasiones", 1998, Fundación Arturo Herrera Cabañas, Pachuca, Hgo., -"De muertes temporales", 1996-97, CONACULTA, exposición itinerante Circuito centro; Tlaxcala, Tlax., Querétaro, Qro.; Chilpancingo, Gro.; Valle de Bravo, Edo. Mex. - "Vestigios de la razón ", 1995, Galería La tribu, Pachuca, Hgo. -"Domestic Tranquillity ", 1993, The San Francisco Arts Commission Gallery. San Francisco, Ca. - SIDA más alla de la vida, 1991, Palacio de Medicina, Mexico, D.F. - Hasta la muerte teme sentir. 1991, Espacio "RV", Pachuca, Hgo. - Detrás del alambre, 1989, Espacio alternativo "Macondo", Los Angeles, Ca. EXPOSICIONES COLECTIVAS - "Hidalgo, reflejo del arte contemporáneo mexicano", 2003, CECULTAH, Pachuca, Hgo. - "Binarie", 2003, Voir Gallerie, Montreal, Canadá - "A day without art", 2000, The Longwood Gallery, Nueva York, NY. - "Noize", 1998, ISART Gallery, Montreal, Canadá. - "Corazón del barrio", 1993, Centro cultural La Misión, San Francisco, CA. - "Third Latino/Latina visual arts exhibit ",1993, Centro Cultural la Misión, San Francisco, CA. - "Chain reaction", 1993, The San Francisco Arts Commission Gallery., San Francisco, Ca. - "Arts Erótica", 1992, La Ventana Gallery, Los Angeles, CA. -"Positive I.D. ", 1992, Sánchez Gallery, San Francisco, CA. - "A day without art 1992", St. Mary's Cathedral, San Francisco, CA. - "Second Latino/Latina visual arts exhibit", 1992, Centro Cultural la Misión, San Francisco, CA. - "Con los corazones en la mano", 1992, Estudios AAA, San Francisco, CA. - "Sangrado Corazón", 1991, Casa de la Cultura de Portales, México, D.F. - "A day without art", 1990, The Clocktower Gallery, New York, NY.
Quince años de utopía
Por Agustín Ramos
“...pinto en la pureza del auto aislamiento, en el mundo frágil y transparente de los que no tenemos nada que perder....”
Mario Patiño
El número quince me recuerda las celebraciones de barrio que, al igual que las liturgias de sus antagonistas, son expresiones de la cultura establecida.
¿Hay algo más convencional que un pastel y el vals de los quince años, con la presentación de la festejada en sociedad, el discurso del padrino y la ostentación paterna? Sí, sí lo hay. Mayor convencionalismo es el desprecio que las celebraciones de esta clase suscitan en los sectores medianamente ilustrados, pretendidamente cultos e inexplicablemente enriquecidos.
La mayoría de las presentaciones de libros, de los cócteles inaugurales y de los conciertos de gala, con su impuesta y supuesta superioridad, no representa más que la otra cara de una misma cultura en la que el arte es comparsa y el principal festejado es el poder, donde el padrinazgo reitera su discurso ante las reinas y los zánganos de siempre.
Sin embargo, mientras el ritual de las quinceañeras ofrece candidez genuina, emociones reales, verdadera cursilería, su complemento y contraparte sólo ofrece el simulacro, el espectáculo de la nada, los consensos serviles, el clientelismo corruptor.
Ante esa cultura sólo parece posible el arte del rechazo: la obra de quien niega con toda la fuerza de su individualidad. Porque, a fin de cuentas, cada quien celebra como puede y, sobre todo, como le da la gana. Pero lo que distingue al arte y al artista es su voluntad, es decir su fuerza para mantenerse aparte y en contra de toda la gama de gustos buenos, malos, peores y mejores.
En su libro Teoría estética, Theodor W. Adorno afirma que la cultura es el ámbito en donde el individuo se opone a la masificación. “Cuanto más se totaliza la sociedad, cuanto más perfectamente se va reduciendo ésta a un sistema monocolor, tanto más en las obras de arte, en que se acumula la experiencia de ese proceso [totalizador, totalitario] se convierte en su opuesto”.
Para Adorno, el arte “viene en auxilio de lo no idéntico, de lo oprimido en la realidad por nuestra presión identificadora”. Y si la cultura establecida oprime y masifica, “sólo por medio de su absoluta negatividad puede el arte expresar lo inexpresable, la utopía”.
Así, “en la pureza del auto aislamiento, en el mundo frágil y transparente de los que no tenemos nada que perder”, Mario Patiño ha transmutado su negativa en una continuada transgresión, en una constante profesión de fe anticonvencional. Su obra entera, en sus distintas épocas, siempre ha constituido una respuesta a los estragos de un principio de realidad hostil, una documentación de las decadencias propia y ajena.
De los fosforescentes acrílicos sobre tela, de 1994, y sobre madera, de 1998, hasta el abigarrado recurso de esgrafiados, martillos y pedazos de tela en lugar de pinceles, la trayectoria creativa de Mario Patiño luce un talento sostenido y una rabia que persevera en hallar la traducción más leal del caos.
En un entorno de mediocridad gremializada que ha dado en llamarse comunidad artística, este artista sobresale por la fuerza que le confiere su negativa a subordinar sus propuestas estéticas y éticas a intereses económicos y a coyunturas políticas. En palabras del crítico cubano Juan Antonio Molina, Mario Patiño es “una de las personalidades más fuertes entre los artistas que actualmente trabajan en el estado de Hidalgo”. Sólo me permitiría agregar que la marginalidad y la dignidad no sólo le dan fuerza: también lo hacen único.
Por lo demás la creación de Mario Patiño no es estática, no permanece quieta y, de manera recíproca, tampoco permite la quietud del observador. Además, mientras su obra figurativa nos asalta, la obra abstracta preserva idéntica agresividad pero se desplaza a lo ancho y a lo hondo exigiendo agilidad y, a la vez, una apertura y una atención extremas por parte del testigo.
Y el resultado, tanto en lo figurativo como en lo abstracto, es el mismo: un cuestionamiento radical de lo moderno, claridad para habitar las zonas oscuras, luminosidad insobornable: congruencia ética y solidez estética.
Con perspectivas irreales y puntos de fuga arbitrarios, así como con múltiples líneas de horizonte, reincidiendo en trazos predominantemente diagonales, la etapa más reciente del artista se caracteriza por el logro de un equilibrio entre los excesos de la espontaneidad y los signos minuciosamente reflexionados.
Porque ahora este artista se ha impuesto la obligación de expresar su colérico anhelo de tolerancia mediante temas y técnicas donde conviven los contrarios: transparencia para intensificar la saturación del color, umbríos resplandores, violentísimas ternuras, dolor de la presencia y angustia de la ausencia, conjunción de lo racional con lo irracional, de la emotividad con la impasibilidad, de lo visceral con el refinamiento espiritual.
Más que ruptura con su obra previa, la obra reciente de Mario Patiño marca una transición. Las figuras sin cuello y cráneos robotizados acentuaban la desintegración, denunciaban la escisión entre la mente y el cuerpo, la moral y la conducta, el deseo y la satisfacción, la unidad y lo diverso.
Ahora, más que denunciar a la desintegración, la somete a una síntesis estridente, la obliga a un diálogo civilizador y la hace aparecer más asimilable y por ello más feroz, más letal, más sutil.
Con el vértigo de saber que el tiempo no se detiene a condescender con los mortales, entre complacido y utópico, Mario Patiño celebra otros quince años. Sin más padrino ni más velas que su “soledad en llamas
Fragmento del texo: Como un otro sin nombre, mujer y violencia en la obra de Mario Patiño
Mario Patiño pervierte el paradigma de mujer-virgen y lo transforma en el de puta-santa, híbrido presente en la fantasía erótica masculina. En muchas de las escenas sexuales representadas por el artista, esta puta-santa asume una posición de poder sobre la figura masculina, en lo que parece una revancha a la que el hombre se entrega, ya despojado de la fuerza moral que le otorga la cultura y de la fuerza física que da la naturaleza. Esa es la manera simbólica en que Patiño subvierte el orden machista que impera en la sociedad mexicana, al trabajar lo femenino como un icono monumental y vengativo. En lo formal, el trabajo que hace Mario Patiño con el espacio en sus cuadros figurativos, es derivado también de sus experiencias con la pintura abstracta. De algún modo el espacio es el elemento en donde Mario transfiere su percepción de la realidad como abstracción, en un proceso que recuerda los primeros intentos cubistas. En ese sentido es importante no sólo el uso de una perspectiva múltiple, sino también el uso del color y la luz, creando distintos planos visuales para un mismo objeto o una misma escena. Con esos intereses es lógico que Mario haya trabajado también el ensamblaje y la escultura blanda, así como la incorporación de objetos a sus cuadros, siempre en la línea que relaciona el tema femenino con la violencia, la sordidez y la enfermedad. Esto evidencia la tendencia de Patiño a trabajar no sólo con espacios ilusorios en el soporte pictórico, sino también con espacios reales, construyendo instalaciones que son como puestas en escena, agresivas en su barroquismo y subversivas en su esencia kitsch. El kitsch es fundamental para Mario dada su pretensión de reproducir y criticar la actitud del macho tradicional y el mundo de convenciones que rodea a la mujer en México. Asimismo es un elemento derivado de sus búsquedas en el terreno de la pintura popular, las artesanías y los espacios públicos. Con esas características, el trabajo de Mario Patiño se presenta como una irreverente mezcla de referencias culturales: la pintura y el objeto, la abstracción y la figuración, lo tradicional y lo contemporáneo, lo religioso y lo profano, lo político y lo decorativo, formando una textura que el mismo pintor ha calificado como una sincretización perversa y dolorosa de la contemporaneidad. La Obra étnica, patética y desquiciada de Mario Patiño Decía Kierkegaard, que la angustia es el vértigo de la libertad, surgiría la angustia en opinión de filósofo danés-- cuando "al querer el espíritu poseer la síntesis, la libertad fija la vista en el abismo de su propia posibilidad y echa mano de la finitud para sostenerse". La síntesis que busca el espíritu es en esencia estética. Pero nunca se logra del todo, porque lo estético es una búsqueda de la infinitud que, paradójicamente siempre encuentra un límite: su trasgresión produce el arte. Mario Patiño es uno de esos artistas impelidos constantemente a la trasgresión, pero poseído por una lucidez angustiosa. De ahí que una de las más evidentes características de su arte sea el diálogo perenne entre lo racional y lo irracional. La forma en que ese diálogo se hace más aparente es la contradicción incesante de lo figurativo y lo abstracto. Su manifestación más subterránea es la convivencia de dos mundos: uno supuestamente real y el otro absolutamente pictórico. El mundo real de Mario Patiño es el mundo del dolor; su mundo pictórico el del color. Tales son los temas fundamentales que el trabaja, tratando de aprehenderlo en su perspectiva histórica. Tanto el dolor como el color son fenómenos sociales que generan en el ser humano una conducta determinada, a veces convencional. Existe un orden de la pena como existe un orden cromático. Pero el primero pertenece a la esfera de lo marginal. En los cuadros de Patiño la pena tiene que ver específicamente con el cuerpo, la enfermedad, la violencia física, la androgínia, el sexo frustrado, estigmatizado o mutilado. La pena es también cultura. Se aprende y se transmite de padre a hijo, de hombre a hombre, del verdugo a la víctima. La pena se convierte en el ámbito cultural de los desplazados. Este ámbito es el que muchas veces determina la psicología y la fisonomía de todo un pueblo. Tal vez por eso la obra de Patiño ha sido calificada -como el mismo afirma- "de étnica, patética y desquiciada".. No creo que sean malos calificativos. La pena tiene una determinación étnica (también como la tiene el color), sus significados son ciertamente patéticos y su expresión es irracional. Me detengo pudoroso ante la posibilidad de usar el término surrealismo. Queda claro que la irracionalidad y el absurdo que a veces se enseñorean de los cuadros de Patiño no son el resultado de un juego burgués con las convenciones de lo real. Mario Patiño ha conocido el vértigo de la libertad. Su carácter obsesivo, su compromiso tan íntimo con la angustia de la creación, y sobre todo, con la angustia de vivir, es lo que lo convierte en una de las personalidades más fuertes entre los artistas que actualmente trabajan en Hidalgo.
EMOTIONAL SAVANT a dirty horizon.a blooming rose.a burning building.palms tipped to the sky. this is just one of the many worlds created by artist mario patino, whose digital works hint at the emotional evolution enabled by internet technologies. while the borders between global cultures have in many ways been torn down by widespread internet communication, those on the net relate in highly charged psychological spaces. while emotions can hint at the gestures, movements and voices of internet communicators, there is often a certain artifice to their use. understandable, seeing that their existence gives internet communication away. emotions reveal that words alone are often not enough. the information revolution provides us with a strange new world, a binary code viewed through shimmering, non linear surfaces. In patino's work, a sense of frustrated communication & passionate introvertion is palpably expressed. a certain cool, remoteness clings to his socially atomised figures. their hands rise to the air evocating possibility and loss. patino's figures stand at the crossroads of time. eyes cocked towards a passionate past, ears tuned to the approaching rumble of an uncertain future; looking into the background of patino's works you'll see that the slate is bare. Hinted in gesture and reflected in landscape, mario patino's digital figures stand on the brink of a surreal new world: a promise, a remembrance, an emotional signpost.