Berna Sienés
Texto traducido de "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550
Si los que trabajaron duro para ser excelentes en algunas virtudes, no los troncase muy a menudo la muerte, en los mejores años del hilo de la vida, no hay duda de que muchas mentes hubieran alcanzada tal grado como el que más. Sin embargo, la corta vida de los hombres y la amargura de los accidentes que sobrevienen cosa que están por encima de ellos, les impide la práctica o los retirará demasiado pronto, tal como le ocurrió al pobre Berna Sienés (No está claro que con tal nombre esta persona existiera realmente). Luego de morir joven, sin embargo, como quedan muchas obras, parece de muy larga vida. Y el modo en que hizo estas, que bien puede creerse, pues lo demuestra, que hubiera llegado a ser excelente y raro, si no hubiera muerto tan pronto.
Está a la vista en Siena dos capillas en San Agustín, con historias y figuras en fresco. Estaba en la iglesia, en una pared, derrumbada para construir unas capillas, había una historia con un joven dentro, que lo llevaban a la justicia, pálido del miedo a la muerte, que imitó tan bien y tan natural, que bien merece los mayores elogios. Estaba a su lado un monje que le consolaba, y se hizo pasar por muy bien realizado. Se ve bien en este trabajo la capacidad de imaginación de Berna en ese caso, horrible, amargo y lleno de miedo, por que, así lo expresó con fuerza con su pincel, que la cosa es evidente que no conmovería más estando en el acto.
En la ciudad de Cortona pintó todavía muchas cosas, pero están dispersas en diferentes lugares, con las que adquirió ganancias y fama. Desde allí volvió a su país, y en tablas hizo algunas pinturas, con figuras y grandes y pequeñas, pero no se quedó mucho tiempo, ya que llevó a cabo en Florencia, en Santo Spíritu donde pintó la capilla de San Nicolás, obra muy alabada entonces, pero luego se consumió como despojos del fuego, con todos los otros ornamentos y pinturas, en el incendio miserable de esa iglesia.
En San Gimignano di Valdelsa, pintaba al fresco historias de la iglesia del Antiguo (dice nuevo en la edición de 1568) Testamento, que seguían el orden que ya se había llevado a cabo, y sin saberse como, desde el andamio cayó al suelo, por lo que quedó tan roto y malherido, pero con un mayor daño a su arte, en el espacio de dos días este pasó a la otra vida.
Y en la misma iglesia y capilla de la San Gimignano, le dieron un entierro honorable a su cuerpo, manteniéndolo en esa reputación como vivo, y eso lo ha mantenido vivo, y no cesaron durante muchos meses de pasar alrededor de la tumba donde escribían epitafios en latín y en vulgar que, por supuesto, las persona de ese pueblo siempre dedicados a las buenas letras. Así que por lo tanto dieron labores honestas a Berna conveniente por su honrado trabajo con la pluma por sus colores, y le hicieron este epitafio
BERNARDO SENENSI PICTORI IN PRIMIS ILLVSTRI QVI DVM NATVRAM DILIGENTIVS IMITATVR
QVAM VITAE SVAE CONSVLIT DE TABVLATO CONCIDENS DIEM SVVM OBIIT GEMINIANENSES
HOMINIS DE SE OPTIME MERITI VICEM DOLENTES POS<VERVNT>.
aprox. Bernardo Sienés, Pintor ilustre que mientras imitaba la naturaleza, cayó del andamio y murió. Los Geminianenses con pesar por su suerte, a quien merecía lo mejor, dolientes se lo dedican.
Dejó el Berna a Giovanni da Asciano como su discípulo, el cual condujo a la perfección el resto de aquella obra. Hizo en Siena en el Hospital de la Scala unas pinturas, y cosas en Florencia en casa de los Médicis, que le dieron nombre. Fueron las obras del Berna Sienés en el 1381.