Giovanni Antonio Licinio da Pordenone
Pintor
Texto
traducido de "las vidas de los mas excelentes arquitectos,
pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas
por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550
Ciertamente la disputa entre nuestros autores es un alimento que los mantiene;
y en verdad si no tomase a su oponente como objetivo a superar, creo que
en absoluto se esforzarían y serían menos constantes. Pero
se comprueba que a estos les divierte, volver a las cosas que hacen probando,
llenas de honrado trabajos y plenas de muchos y terribles caprichos, por
lo que se consigue en el arte, una continua perfección en
las pinturas, y en los autores un continuo temor a las críticas,
que se esperan cuando no se trabaja, con lo que diminuye el renombre de
estos que más lo buscan. Como continuamente mientras que vivió,
lo buscó Giovanni Antonio da Pordenone do Friuli, que tuvo en Venecia
una terrible competencia con Tiziano de Cador. Éste, que tenía,
de naturaleza, un instinto de divinidad en sus pinturas, y con muy hermosa
manera de dibujar, y más en el color. No pudo nunca Giovanni Antonio
superar la delicadeza y la bondad que en las obras de Tiziano se ve. Y
aunque la terribilitá (término
vasariano, aprox. grandioso, formidable, y con mucha fuerza)
y ciertamente el furor de nuevo pintor y
lo extravagante está en las obras de Pordenone, no logra las condiciones
de excelencia en la pintura ni de egregio y expedito maestro.
Dicen algunos que en el Friuli, su país, por una peste, al ser joven Giovanni Antonio, se dio en la campiña a pintar al fresco, y de este arte vino su práctica, que en estos lugares se le dio nombre de maestro que vale mucho, y expedito.
Luego trabajando algunas cosas para Lombardía llegó al poco a Mantua, donde no permaneció, pero dejó a Micer Paris, gentilhombre mantuano, coloreado al fresco una pared, con una gracia maravillosa, en la cual están las historias de Venus, Júpiter, y Marte y otras poesías. En las cuales se ve un principio de deber de alcanzar algo grande.
Y entre otras invenciones, de belleza que en tal obra muestra, les hizo en alto, bajo el marco un friso de letras antiguas, cuya altura es de un brazo y medio, y muchos niños quienes las pasan por ellas, unos que las suben otros sentados sobre estas y erguido, todo unido en distintas aptitudes alrededor le hacen muy bonito ornamento, esto le dió en esta ciudad nombre y gran fama.
Lo llevaron a Piacenza, acogido por gentilhombres con mucho honor; a quienes hizo infinitos trabajos, y particularmente en la iglesia de Santa Maria di Campagna, allí donde pintó toda la tribuna (#), que quedó sin terminar por su parte, y que a continuación fue diligentemente terminada por el Maestro Bernardo de Vercelli (Bernardino Gatti, il Soiaro). Hizo aún en dicha iglesia al fresco dos capillas, una de Santa Catalina (# #), con historias suyas, y la otra del nacimiento de Cristo y la solemne Adoración de los magos (#), cosas muy excelentes y elogiadas de todos.
Pintó a continuación en el hermoso jardín de Micer Barnaba del Pozzo el doctor, algunos cuadros de poesía.
A continuación trabajó del mismo modo también en la iglesia de Campagna la tabla del altar de San Agustín (#), entrando en iglesia a mano izquierda.
Con elogios dignos muy grandes, adornó esta ciudad y él obtuvo grandes premios, y extraordinario reconocimiento y remuneración. Y para mejor compensarlo, estos hombres quisieron darle mujer, para poderlo continuamente honrarlo en esta ciudad que adorna.
Fue en Venecia, donde antes había hecho alguna obra pequeña, como en San Geremías sobre el gran Canal una fachada, y en la Virgen del Jardín una tabla al óleo, donde hay muchas figuras (#); pero particularmente un San Juan Batista donde se esforzó en mostrar cuanto valía.
Hizo aún sobre el Gran Canal en casa de algunos gentilhombres (en Casa de Martín d´Anna dice en edic. Giuntina. Todo perdido) muchas historias al fresco, donde se ve a un Curzio a caballo en escorzo, que parece redondo y con relieve, del mismo modo, un Mercurio en el aire, que vuela, además otras hermosas e ingeniosas particularidades, todo con muchos detalles. Este trabajo lo nombraron tanto y le dió tanto renombre en esta ciudad, que obtuvo el espíritu de toda Venecia, que lo alababan y magnificaban sobre cualquier otro pintor que allí nunca trabajase.
Por tal causa, le dieron los vigilantes de San Rocco le encargaron pintar al fresco la capilla de esta iglesia, con toda la tribuna. Y la verdad que en fuerza, práctica, vivacidad y terribilità, no he visto nunca mejor que lo pintado por el, ni con tanta rapidez como trabajaba. Hizo en esta obra a Dios Padre en la tribuna, y una infinidad de niños, que se van de él, con muy bonitas y variadas aptitudes. Por lo que le hicieron pintar el tabernáculo de madera, donde se conservan las platerías; donde hizo a un San Martin a caballo (#), con muchos pobres que ofrecen votos bajo perspectiva, que le dio muy grandes elogios y aumentó aun más su nombre que ya tenía en primer lugar.
Y de tal cosa fue causa que Micer Iacopo Soranzo se le volvió amigo y protector; por lo que en competencia con Tiziano le encargaron la sala de Pregatti (el senado), en la cual hizo muchos cuadros de figuras en escorzo de sotto in su (de abajo a arriba), que son muy hermosos en sus actitudes, y del mismo modo hizo un friso de monstruo marinos trabajados al óleo en torno dicho a sala (sustituidas las obras), lo que le hizo muy ilustre para todo el Senado; y en consecuencia mientras que vivió liberalmente le fueron dadas honrada provisión.
Intentaba, compitiendo siempre, poner obras donde Tiziano había puesto las suyas; por lo que al tener Tiziano hecho en San Giovanni de Rialto, un San Juan limosinario que a los pobres da dineros (#), colocó Giovanni Antonio en un altar un marco de un San Sebastiano y de San Rocco y otros santos (#), que es muy hermoso, pero sin embargo no tanto como es la obra de Tiziano, aunque más por malignidad que por la verdad muchos celebraron la obra de Giovanno Antonio.
Hizo aún en el claustro de San Esteban al fresco (muy deteriorado casi perdido) muchas historias, una del antiguo Testamento y otra del nuevo, separados por diferentes virtudes, en las cuales mostró escorzos terribles en figuras, que se tuvieron siempre con enorme consideración, y en cada composición buscó nuevas cosas que eran muy difíciles que terminaba y adornaba mejor que nigín otro pintor.
Había hecho el Príncipe Doria en Génova un palacio sobre la mar, y a Perin del Vaga pintor celebradísimo le pidió pintar las salas, habitaciones y antecámaras al óleo y al fresco (#), que por la riqueza y por la belleza de las pinturas son maravillosas.
Y porque en este tiempo Perino no frecuentaba mucho el trabajo, para forzarlo y para competencia en lo que hacía, hizo venir a Pordenone (no se conserva nada), que comenzó una sala, donde trabajó un friso de puttis con su habitual manera, los cuales vaciaban un barco lleno de cosas en el mar, y por toda la habitación en muy bonitas aptitudes. Hizo aún una gran historia de cuando Jason pide permiso al padre para ir por el vello del oro. Pero el príncipe, al ver el cambio que hacía la obra de Perino a esta de Pordenone, lo despidió, e hizo venir en su lugar Domenico Beccafumi, excelente y más raros maestro que él. El cual para servir a tan alto príncipe se ocupó de abandonar Siena su patria, donde hay tantas obras suyas maravillosas. Y en tal lugar hizo una sola historia (no queda nada) y no más porque Perino acabó todas las obras.
Vuelto de nuevo a Venecia Giovanni Antonio, se hizo oír, que Ercole duque de Ferrara había llevado de Alemania un número infinito de maestros, y les había hecho comenzar a hacer tejidos de seda y oro y de basto y lana, según el empleo y el espíritu suyo que quería hacer. Porque no tienen en Ferrara excelentes dibujantes de figuras (aunque estaba Girolamo de Ferrara, era más acto para retratos y cosas separadas, que para historias terribles donde era necesaria la fuerza del arte y de dibujo), se escribió con enorme instancia a Giovanni Antonio que viniera a servir al señor; y deseoso de adquirir renombre más que bienes, partió de Venecia, y en su llegada a Ferrara fue recibido del duque muy gentilmente. Pero poco después de su llegada, atacado de muy grave ahogo en el pecho, quedó en la cama medio muerto, donde empeorando a continuación, en de tres días y poco más, sin allí poder poner remedio, a los 56 años terminó el curso de su vida.
Pareció esta cosa extraño al duque y del mismo modo a los amigos de él. Y no faltó quien por muchos meses lo creía muerto de veneno. Se enterró el cuerpo de Giovan Antonio, siendo muy doloroso para muchos, y en Venecia especialmente, porque Giovanni Antonio tenía diligencia hablando, era amigo y compañero de muchos, y le placía la música, y aún se había dado a las obras literarias latinas.
Permaneció su discípulo Pomponio de San Vito del Frioli, que trabajó en Venecia, y trabaja no obstante aún. Fueron las obras de Pordenone trabajadas en el tiempo del serenísimo Andrea Gritti , que murió en el 1540 ("Doge", o mandamás de Venecia, murió en 1539). Ese puso de manifiesto en la pintura el valor, en que sus figuras aparecen redondas y resaltadas de la paredes. Por haberle dado fuerza, terribilità y relieve en la pintura, y se pone entre los que hicieron crecer al arte y dieron beneficio universal.