Giuliano da Maiano

Todos los que los dan principio a las casas, al elevarlas de la tierra logrando un nombre y ascendiendo de pobres a ricos, y es fácil que, a perpetuidad queden obligados estos sus hijos y los descendientes ellos. Pero las más de las veces se produce en aquellos que dan a su casa riquezas y nombre, que mientras viven, sufren privaciones mientras que a quienes los dejan los gozan; y por otro lado sus descendientes son precisamente lo contrario de lo que pensaban que deberían ser. Donde la principal locura que pueden hacer los padres de familia, es no dejar hacer a sus hijos seguir el curso de la naturaleza con el talento que nacieron, y no dejarles ejercer contínuamente en esta facultad que les satisface y es amada por ellos. Porque quererles volver lo que no va ellos en el espíritu, es buscar manifiestamente que nunca sean excelentes dando penosos resultados. Porque se ve continuamente que quién ejercen las cosas que los van, trabajando siempre con el instinto de la naturaleza alrededor de las artes, llegan siempre a excelentes en aquéllas. Esto claramente se conoció en Giuliano de Maiano, el padre vivió en el Poggio de Fiesole en la villa de Maiano, con el ejercicio de escuadra de piedras, que le llevó finalmente a Florencia, donde el daba a hacer en la talla de piedras trabajadas, proporcionándolas, para todos los trabajos que se necesitaran, él las fabricaba. Llegando a tener sus ahorros, le nació este hijo, que enseguida mostró señales de buen talento.

Al verlo el padre, y sabiendo también de los muchos ahogos y malestar en el arte suyo, deliberó que el hijo, tomara otro ejercicio de más ganancia y menos cansancio; y para esto el deseaba hacerlo notario, y le hizo aprender los conocimientos de las letras; los cuáles no agradaban mucho a Giuliano, evitándolo escapándose de casa de su padre, y al tener del su inclinación en la escultura y a la arquitectura contradiciendo la voluntad de los suyos, finalmente a aquéllas se dio. Y al tiempo resultó en aquéllas tan excelente, que lo llamaron a Nápoles, donde hizo al Rey Alfonso entonces Duque de Calabria, muchas obras de arquitecturas y esculturas, esto se ve en la gran sala del Castillo de Nápoles sobre una puerta, labrada por dentro Y fuera con historias de bajo relieve, y la puerta del castillo de mármol en orden corintio (Se le atribuye a Guillermo Sagrera #), con infinito número de figuras. Dio a esta obra la calidad de un arco triunfal, donde puso hechos y algunas victorias de este rey en mármol esculpido.

En Poggio Reale le encargaron la arquitectura de este palacio, que se ha tenido siempre como cosa muy hermosa; y para pintarlo llamó a Piero del Donzello florentino y Polito su hermano que en este tiempo se lo tenía por buen maestro, el cual pintó todo el palacio por dentro y fuera con historias de la vida del rey (dibujos de como era #).

Hizo Giuliano también de mármol la Puerta Capovana (#), y en esta infinitos trofeos variados; por lo que mereció de este rey el respeto más grande, remunerándolo muy alto los trabajos, dejando para sus descendientes. Ambos (¿Polito, Benedecto da Maiano?) fueron llamados a Loreto a la iglesia de Santa María para ella dibujó los planos de la construcción; pasando allí mucho tiempo, la tribuna la dejaron terminada. Después se volvieron de nuevo a Nápoles para terminar del obra comenzadas. Le encargó el Rey Alfonso una puerta vecina al castillo, donde iban más de 80 figuras, las cuales tenía que hacer Benedetto en Florencia (#), y por la muerte del rey quedó sin terminar.

Giuliano a la edad de 70 años terminó su vida; y para su entierro hizo vestir el rey a 50 hombres de luto, que lo acompañaron a la sepultura, y además ordenó que le hicieran un sepulcro de mármol muy honrado.

Continuó Polito con su taller, y dió fin a los canales para conducir las aguas de Poggio Real a Nápoles, y a Benedetto hermano de Giuliano le enseño el arte de la escultura, y con gran afición lo pasó en excelencia con mucho a su tio (¿?) Giuliano, y fue rival en su juventud del escultor que hacía cerámica, llamado Modanino da Modona (Guido Mazzoni); al cuál el Rey Alfonso le tenía en muy gran veneración, trabajando una Piedad (#) con infinitas figuras de cerámica coloreadas, que con enorme vivacidad la terminó y lo hizo colocar en la iglesia de Monte Oliveto en Nápoles, monasterio en este lugar honorable. Entre estas Estatuas volvió retratar al rey, que estando arrodillado adora tal misterio, el cual lo hizo más que vivo, por lo que Modanino fueron recompensado mucho.

Se produjo entonces la muerte de este rey, por lo que Polito y Benedetto se volvieron de nuevo a Florencia, poco tiempo pudo gozar Polito de la patria suya, ya que llegando al final de los ahogos se fue a hacer compañía a Giuliano para siempre. Fueron las esculturas y las pinturas de estos alrededor de 1447. Y a Giuliano se le hizo con el tiempo este epitafio: