Lorenzo di Bicci
pintor Florentino
Texto traducido de "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición torrentina de 1550
Enorme oportunidad tienen los que disfrutan de alguna hermosa profesión o virtud, llenándose en este deleite que de ello sienten en cada ahora; porque mientras trabajan, y pasan el tiempo en el ejercicio honrado, dejando renombre, ganado lícitamente, y ganan dinero y siempre amigos. Porque la dulzura gusta a los hombres, que se puede decir que tratándolos, más que maestros parecen señores, y realmente, de las conveniencias de otros adquieren siempre su comodidad. Asimismo a quién sirve a otros bien y con prontitud, no basta con el pago para satisfacerlo, que termina habiendo una obligación entre quien impulsa la obra y el que la realiza. Esta es la experiencia que vivió Lorenzo di Bicci, pintor práctico y expedido, el cuál se divertía trabajando, y de tal manera adquirió buenas maneras, que todos los conocidos terminaron reconociendo sus delicadas prácticas, y todas las personas ardían queriendo complacerlo. Las figuras suyas se parecen mucho a las maneras de Taddeo Gaddi y de los otros maestros anteriores, que se divirtió mucho imitándolas, porque le agradaban estas maneras.
Hizo Lorenzo en Santa María del Fiore en todas las capillas, bajo las ventanas, figuras, y para la iglesia imágenes de los XII Apóstoles (Son de su hijo Bicci, como casi todo lo que luego sigue, #), para poder consagrar la iglesia y ponerle las cruces.
En la iglesia de Camaldoli (destruida en 1552) de Florencia, para la Compañía de los Mártires pintó en una pared una historia y dos capillas.
Y en la iglesia del Carmine hizo otra pared, de cuando llevan a los mártires condenados a muerte y a sus tormentos, e hizo todos los crucifijos acabados con gran práctica y una honesta maestría. En estas obras de él, se ve el talento en infinitos rasgos y aptitudes, imitando la naturaleza.
Sobre la plaza de Santa Croce hizo fuera, frente a la fachada del convento, la historia de Santo Tomás con el resto de los Apóstoles, que busca la herida a Cristo; y del mismo modo la Ascensión al cielo en campo de oro, con infinito número de ángeles alrededor y Santo Tomás que recibe el cíngulo, con vivos colores trabajados; y en la esquina de éstas trabajó un San Cristóbal, de una altura de 13 brazas y media, en el cual demostró enorme espíritu, no habiendo sido hecho hasta las figuras de mayor tamaño que de cinco brazas, excepto el San Cristóbal de Buffalmacco.
En el convento trabajó en la entrada de la puerta del Martello más de 40 monjes, todos con las prendas de vestir de gris, donde volvió mostrar Lorenzo la práctica y la ciencia que tenía en trabajar al fresco; y a todos varió el color del gris, desde el que tiraba más a rojizo y castaño y hasta el azulado y amarillento, obra singular porque para cada uno diferente lo hizo.
Pintó aún otras historias en las paredes y bóvedas con tanta facilidad y rapidez, que se cuenta de él, que un día el encargado del lugar que les mantenía, mientras pintaba al fresco los hacía llamar al refectorio, cuando había hecho el enlucido para una figura y comenzando a pintar entonces, respondió a este monje que lo llamaba: "prepara los cuencos, que yo acabo esta figura y llego". Por ello dicen de Lorenzo que no ha habido pintor tan veloz ni tan resuelto de esta manera.
Fue quien hizo el tabernáculo al fresco sobre la esquina de las monjas de Foligno y sobre a la puerta de la iglesia pintó a la virgen con algunos santos, entre los cuales se ve a San Francisco que se casa con la Pobreza.
Marchó a Arezzo, y les pintó la capilla principal de San Bernardo, convento de monjes de Monte Oliveto, con la historia de San Bernardo, pedido hecho de Micer Carlo Marsupini.
Y por otro lado comenzó la capilla de Francesco Bacci Vecchio, en San Francisco de Arezzo, (#) terminando la bóveda, cayó enfermo del pecho.
Y a poco se volvió a Florencia e hizo la sala vieja de la casa Médicis en via Larga a Pier Francesco Vecchio.
Tuvo Lorenzo dos hijos, Bicci y Neri (era nieto), que fueron ambos pintores, no más qué el padre al que imitaron lo más que pudieron. Bicci le ayudó a terminar la capilla de los Martini en San Marcos.
Estos hicieron infinitas obras en Florencia y trabajaron por toda la campiña. Neri pintó al fresco en Ogni Santi la capilla de Lenzi, y una tabla, dónde retrato incluso así mismo y a Lorenzo su padre.
Y a la orden de los Camaldoli les hizo infinitas obras (en la Giuntina especifica, en san Felice, También nos ayuda, "Ricordanza", libro que escribió Neri #, #), y del mismo modo en el claustro de San Pancracio y en el interior de la iglesia, cosas que no es preciso contar (En la Giuntina sí, # la obra extraída a "staccato", ahora está en Santa Trinitá).
Lorenzo, convertido ya en viejo, a la edad de 61 años cayó enfermo de unas fiebres comunes, y poco a poco se consumió, aún deseando volver de nuevo a Arezzo a terminar la obra que él había comenzado, y que, después de muerto, terminó Piero del Burgo a San Sepolcro (Piero de la Francesca). Fue después que murió, que Bicci y Neri se establecieron finalmente, y con infinitos suspiros lo acompañaron, su muerte fue universalmente lamentada por todos los amigos. No faltó a continuación quien lo honrase con este epitafio:
LAVR(ENTIO) BICCIO PICTORI ANTIQVOR(UM) ARTIFICIO ET ELEGANTIAE
SIMILLIMO AC PROPE PAIR BICCIVS ET NERIVS FILII ET ARTIS ET PIEATIS ERGO
POSVER(UNT)
aprox: Lorenzo Bicci, pintor antiguo en artificio y elegancia, sus hijos Bicci y Neri amantes del arte, y por piedad mandáronlo
Ya el final de la primera parte.