Lucca de la Robia
Escultor
Biografía de Lucca della Robbia : "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550
Cuando los escultores que se cansan trabajando, en el ejercicio del mármol y el bronce logrando cosas alabadas, se encuentran a continuación cansados del arte, del malestar y las fatigas del trabajo, y terminan dedicándose a cualquier otra cosa de buen grado, en vez de a su arte. Esto es la mayoría de las veces, porque cuando se huelga comienzan a endurecerse los huesos por inmovilidad, por no llamarlo poltronería, y mantienen de buen grado más, la charla y la bebida junto al fuego, que alrededor de un mármol; perdiendo en todo el vigor y el espíritu y dando fin al renombre que habían tenido por alcanzar la comodidad y los deleites locos del mundo. Esto manifiestamente se vio muchas veces en cerebros sofisticados de algunos artistas, que fantaseando de continuo encontraron cosas muy hermosas e invenciones muy abstractas solamente por ganar dinero. Pero no es el caso de Luca della Robbia escultor florentino, que se cansó trabajando los mármoles muchos años. Y al tener una maravillosa práctica con la arcilla, que diligentemente trabajaba, encontró el método de vidriar la arcilla con fuego, de manera que no la podía ofender ni el agua ni el viento. Y resultando la invención, la dejó después de herencia, el tal secreto a los hijos. Y hasta los tiempos nuestros, sus descendientes trabajaron de esta manera, y no solamente rellenando toda la Italia, que las mandan aún a diferentes partes del mundo. Y este invento merece elogiarse tanto como merece la escultura, la cual en gran parte se celebró.
Dicen muchos que Luca del Robia era rival de Donatello y era tenido de gran talento en sus tiempos. Y por su virtud, mereció que los maestros de la obra de Santa María de Fiore le encargasen algunas pequeñas historias de mármol, que se colocaron en el campanario, donde están la música, la filosofía y las artes liberales (#,#,#,#,#).
Estas historias adquiridas gustaron mucho a los maestros de obra por lo que dispusieron que realizara los adornos de mármol del órgano, sobre la sacristía nueva de Santa María del Fiore; él hizo los coros de música (#,#,#) con diligencia y trabajados con fino magisterio, dónde están algunas figuras que cantan y, aún que ellas estén en alto, se las conoce hinchando la garganta con el aliento y al director que los dirige con la batuta la música. Y en este mismo, historias imitando el sonido y las danzas, con todo tan perfecto, y bien terminado en todo que mejor que si lo hubiera hecho incluso Donato. Porque se ve en esto de Donato (Donatello realizó también allí una cantoría # pero se cree que se refiere a dos ángeles # # de Donatello que originalmente estarían destinados para su cantoría, pero estaban encima de la de Lucca) una práctica más resuelta y mas maestría y viveza, que no perfección que está terminada con mayor bondad este de Luca. Y parece ser en los artistas excelentes tener siempre en los bocetos más fuerza y vivacidad que no tienen al finalizar las obras. Porque el furor del arte primero rápidamente expresa el concepto del espíritu, lo que no puede hacer la diligencia y el cansancio en las cosas finales. Y de esta manera adquirió Luca con esta obra reputación y alto valor, que obtuvo el trabajo de la puerta de bronce de la sacristia (es de Miclelozzo y Masso de Bartolomeo, pero a la muerte del último le encargaron terminarla a Lucca #), la cual por vertido, por bondad y por magisterio merece gran elogio. Y fantaseando con la arcilla y trabajándola envidriada, incluyéndola le hizo a las dos puertas encima dos medioredondos, con una resurección y una Ascensión de Cristo con los Apóstoles, donde siendo nueva cosa, satisfizo al pueblo sumamente por la hermosura de aquélla.
Trabajó aún en la iglesia de San Pedro del Buen consiglio en el Mercado Viejo, sobre la puerta un arco, con la virgen rodeada de ángeles (ahora está en la palacio de la parte Güelfa, #),
y sobre la puerta de la cercana iglesia de San Pedro Mayor, en un medio redondo hizo de bajo relieve vidriado, a la virgen, del mismo modo con algunos ángeles en torno a aquella (#); cosas que de esta temática son consideradas muy hermosas por los artistas.
Del mismo modo en el cabildo de los Pazzi en Santa Croce, por pedido de Pippo de Ser Brunelleschi, hizo vidriadas unas figuras, así como otras cosas, dentro y fuera del edificio (#,#,#,#,#).
Y cosas en la capilla de San Iacopo en San Miniato al Monte cerca de Florencia, para la sepultura del Cardenal de Portugal, hizo en la bóveda unas esculturas vidriadas de terracota (#);
y al Rey de España le envió obras de este material, figuras, redondos, relieves y otros trabajos de mármol. En Nápoles hizo la sepultura del Infante niño (¿Carlos 1480-86? Lucca tendría que haberse levantado de la tumba para ejecutar la de otro), hermano del Rey Alfonso y Duque de Calabria, que en gran parte trabajó en Florencia.
Dicen que Luca fue de buenas costumbres y sabia persona y devoto de la religión cristiana.
Dejó a Andrea a su sobrino, que en los trabajos de arcilla fue muy práctico y hábil, y que durante toda su vida trabajó los vidriados. Hizo una capilla de mármol fuera de Arezzo en Santa María de las Gracias (#), para honor de su advocación. Vivió Andrea 83 años (90 dicen los registos), y dejó muchos hijo, que trabajaron el vidriado del mismo modo como él. De los cuales el menor se llamaba Girolamo realizó en mármol obras que fueron elogiadas y estuvo largo tiempo en Francia, y donde Luca su hermano también residió.
Y llegando Luca a viejo, a los 75 años, y con mal de piedra al riñón empeorando, al no poder resistir de dolor que tal enfermedad le daba, pasó de ésta a mejor de la vida, y en San Pedro Mayor sus aflijidos hijos lo enterraron el año 1430 (1482, no tenía clara la fecha de muerte, la omisión en la edic. Giuntina lo delata, ni la de nacimiento, que en aquella yerra, dice 1388, pero es tan excesivamente amplio este de aquí que podría tratarse de un error de imprenta que no nos deja ver el sesgo de un probable error, y el porqué, él mismo fecha en la Giuntina, 1431 la cantoría, una de sus primeras obras), y le honraron con el tiempo con estos versos:
Tierra vive por mí apreciada y querida,
que a las aguas y a los hielos como el mármol resistes;
Porque cuánto menos cedas y ablandes,
tanto más mi renombre en la tierra tendrá vida.
Aunque los vidriado en las figuras de arcilla no sean muy estimados, son muy útiles y duraderos y por ello necesarios; porque, dónde no pueden resistir las pinturas a los hielos o el agua o para los lugares húmedos, aquel tipo de figuras sirvió como se vio en Sasso della Vernia, en Casentino, (#,#) que por tales problemas solo se conserva lo vidriado. Por lo que Luca del Robia merece sumo elogio, logrando añadir esto a la escultura, pudiendo adornar con belleza muchos lugares con poco gasto a pesar de la humedad.