MARGARITONE
Pintor Aretino
Biografía de: "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550
Entró muy grande y maravilloso eco por nuestras tierras entre los viejos maestros pintores, por el gran elogio que los hombres sentían de Cimabue y Giotto su discípulo, impulsadores de la pintura. Porque, al oir los principales pintores que el arte debía ser acompañado del estudio de estos artistas, de quienes el supremo grado ya tenían y a quien el pueblo adoraba, llegando luego a ir perdiendo el renombre y el principado, por tantos años ya poseído.
Y, entre los hombres que trabajaban a la manera griega, se tenía por excelente a Margaritone Aretino, que trabajó muchas tablas y al fresco en Arezzo, y muchas tablas y pinturas en San Clemente, en la Abadía de monjes de Camaldoli, hoy derruida (1547) y nivelada toda, junto con otros edificios, por orden del duque Cosimo de Médici no solamente en este lugar, sino en todo alrededor a esta ciudad, tirando las murallas viejas, por lo cual Guído Pietrramalesco Obispo y jefe de esta ciudad la rehizo, y hoy por querer este príncipe se reconstruyo en estilo moderno. Hizo Margaritone, con enorme cansancio y tiempo, casi toda esta iglesia, pintando muchos cuadros, en los cuáles se veían grandes y pequeñas figuras, y aún que ellas estaban trabajadas en griego, se conocía un buen y gran juicio y mucho amor, como puede dar fe todo lo suyo que ha permanecido en esta ciudad, sobre todo en San Francisco, donde ahora está puesto en trazo moderno, en la capilla de la Concepción, un tabla con la Virgen (#, Hay una copia idéntica en la national de Washington #), tenida y muy venerada de los monjes. Hizo en la misma iglesia, al estilo griego, un crucifijo grande (#, su autoría está en discusión), hoy colocado en esta capilla dónde está el taller de los artesanos, que está pendiendo en el arco que contornea la cruz; y de esta suerte hizo muchas cruces para esta ciudad. Trabajó para las monjas de Santa Margarita que ahora está puesta en el tabique del transversal de la iglesia, una tabla con historias de pequeñas figuras (#), que él trabaja con mucha mejor manera, que las grandes, con diligencia y gracia conducida. Hizo para toda la ciudad pinturas infinitas, y fuera de la ciudad del mismo modo. En Sargiano, convento de monjes del Zueco; hizo en un tabla un San Francisco de natural, y en esta obra escribió su nombre (#, de allí fue al museo de Arezzo, pero la firma la creen falsa, Hay múltiples San Franciscos firmados de Margaritone), pareciéndole mejor la firmó. Hizo en madera un crucifijo grande trabajado en la manera griega, que se elevó en Santa Croce de Florencia y en el lugar entre la capilla de Peruzzi y la de Giugni, sobre el pilar que resiste los arcos de aquéllas (#, ahora en el altar mayor, pero se le adjudica al Maestro de Figlini).
Y en Ganghereto, lugar al norte de Tierra Nuova, en Valdarno pintó otra tabla de San Francisco (al parecer sigue allí). Pero abandonó finalmente la pintura en vejez, y se dedicó a trabajar crucifijos grandes de madera, y los hizo mientras llegó a la edad de 77 años, cansado (dicen) de mucho vivir, viendo los cambios de la nueva era y los honores los nuevos artistas. Se enterró a Margaritone en la antigua catedral cerca de Arezzo, en un sepulcro de travertino, el año 1316 (En la Giuntina omite el dato), con este epitafio:
HIC IACET ILLE BONVS PICTVRA MARGARITONVS CVI REQVIEM DOMINVS TRADAT VBIQVE PIVS.
Aprox. Aqui yace el excelente pintor Margaritone. Que dios le de reposo