Michelozzo Michelozzi
Escultor y arquitecto florentino
Biografía de : "las vidas de los mas excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos", descritas por Giorgio Vasari, Edición Torrentina de 1550
Si cada uno de nosotros mientras vive, pensara en las cosas que hace, de ver terminada una parte, es bien seguro que los intelectos humanos estarían mucho más despiertos y previsores en sus acciones; y si creyeran que vivirían más que pueden trabajar, no disiparían en su juventud la mayor parte, llegando a mendigar en su vejez, lo que habían logrado consumiéndolo en la juventud y en los tiempos siguientes, cuando las copiosas y amplias ganancias, enturbian el verdadero discurso, haciéndoles gastar más de lo que necesitan y mucho más de lo que les conviene. Luego se toma mal concepto del que ha venido a menos, ya que de buen grado no se han conducido frenando sus apetitos, madurando discretamente y administrando sus asuntos, como prudentemente hizo Michelozzo florentino, discípulo de Donato, que conociendo los errores de su maestro, demasiado abierto a gastar lo que en mano le venía (leer el supuesto motivo de la perorata), fue muy buen ahorrador, y de tal manera impulsó esta otra virtud suya, con esta prudencia gastando, que no le valió más en su casa lo que ganó en el arte, que lo que no gastó templado, partiendo de que el juicio que en el arte tuvo, en su profesión le dió un alto grado.
Michelozzo dibujó mucho y practicó la escultura con Donato, y en esta logró un gran dominio, aunque no le daba a las cosas esa suma gracia, que tienen el hábito de dar los raros, tenidos por casi divinos.
Hizo pues una Fe de mármol, fija a la sepultura de Papa Juan Coscia en San Juan de Florencia (el conjunto se atribuye a Pagno di Lapo, excepto la luneta de arriba que si se le atribuye #), de la que Donato le hizo el modelo.
Y en la Anunciación, al hacer amistad con Cosimo el Viejo de Médici, y al tener mucha experiencia se impulsó a la arquitectura, trabajando de mármol la capilla de la Virgen (#, modificada en el XVII resulta irreconocible el estilo renacentista), y de bronce lanzó un luminario que está enfrente de aquélla (es de Maso di Bartolomeo #), y la pila de mármol con un San Juan encima (# el de allí no es, ya que es una copia en barro de la obra del Duomo, ¿#?), y nuestra señora de mediorrelieve sobre el altar de las velas (los más la atribuyen a Luca de la Robbia #), donde habiendo crecido su estima en Cosimo, por las cosas que bien servía, le pidió hacer su casa; y este la condujo a la perfección con la que puede verse en día (#).
En el exilio de Cosimo lo acompañó a Venecia, y dejó en esta ciudad muchos modelos suyos. Este se volvió de nuevo a Florencia, fue necesario en el palacio de la Soberanía reponer algunas columnas en el patio (#), donde muchos no quisieron, dudando que el palacio por el peso no se arruinara. Ninguno quiso. Michelozzo para querer mostrarse como persona de valor, con gran agilidad las puso, que tal obra le añadió gran renombre al nombre que ya tenía, de manera que, reconocido del público, se hizo miembro del colegio.
Debió después ir a Perugia (¿? Raugia tiene escrito Antonio Billi, que correspondería correctamente con su trabajo en Dubrovnik, #) a hacer la ciudadela vieja; y muchas más hizo para los señores por toda Italia diseñando modelos de palacio (# El palacio Sforza, antes banco Mediceo de Milán se lo atribuye en la Giuntina) y de murallas de defensa para las ciudades.
Y en Florencia la casa de Giovanni Tornabuoni, (era así #, se reformó #, y quedó así #,) sobre el modelo de la de Médicis.
Para Cósimo hizo aún de mármol la capilla de San Miniato (El arte de Calímala le dejó poner el escudo a Cosme #), donde está el Crucifijo ( la obra se llevó a Santa Trinitá, posiblemente es el repintado de la Capilla Doni, #); y por Italia hizo infinitas cosas en mármol, bronce y madera. En San Miniato al Tedesco, junto con Donato (# Es posible la colaboración con Bernardo Rosellino en el monumento a Giovanni Chellini) trabajaron algunas figuras en relieve ; y en Lucca hizo él solo una sepultura de mármol en San Martino, en frente al Sacramento (# La tumba de Pietro da Noceto es de Mateo Civitali). A Génova envió algunas figuras. De cada trabajo hizo ganancias honestas, que acomodó en su casa y no menos que fama para si.
Finalmente
vuelto ya viejo, y no trabajando sino por pasatiempo, se sintió repentinamente
mal de una fiebre, que en muy pocos días le tomó la vida, a los 68
años (76 dicen los cronistas); y acompañado
de sus más queridos le dieron sepultura, habiéndolo honrado
a este, con enorme honor por los muchos bienes que había dejado.