Aunque en muchas provincias del mundo, hay personas excelentes, que son herederos en algún arte, o en alguna virtud, la naturaleza pura, a veces como benigna madre, hace nacer en una patria un talento extraordinario, que la honra, la hace famosa, y le da renombre que de otra manera nunca hubiera sido recordada, y así se ven los espíritus excelentes y honrados, en como prestan su talento y dan nombre a las patrias; como realmente hizo Parri Spinello, pintor Aretino, que superó dibujando a su padre Spinello, y de tal manera, que mereció el renombre que le dieron. Imitó Parri muy bien la manera de Masolino, pero hizo más sutiles y mas delgadas sus figuras. Hizo sus pinturas en Arezzo, de donde no quiso salir ya nunca, por sus hijos, y por el amor que le tenía al país.

Hizo en el Hospital de la Anunciación la capilla, con San Cristóbal y de San Jacobo con otras figuras (#), y en San Bernardo, monasterio de Monte Oliveto, dos capillas a la entrada de la iglesia, una con los reyes Magos y la otra con la Trinidad, con otras historias y figuras.

En el Duomo viejo en las afueras de Arezzo una capillita con una anunciación, en la cual asustada del Ángel, está torcida casi para salir huyendo. Y en el cielo del ábside ángeles músicos (#,#, malsobreviven otros trozos #,#,#) que suenan y cantan con tanto eficacia, que casi parece sentirse la voz. Por otro lado está una Caridad, que afectuosamente estrecha hacia sí a tres niños, mientras amamanta a uno, a otro lo acaricia, y a un tercero lo toma de la mano.

Y una Fe que la pintó, además de con la cruz y el cáliz, dándole una nueva aptitud, haciendo bautizar de su mano un niño con una concha, derramando con ella el agua.

Pintó en San Agustín en el coro de los monjes algunas figuras, y en San Giustino un San Martín en el tabique de la iglesia. En el obispado de Arezzo, bajo la ventana del San Juan que bautiza Cristo, pintó una anunciación hoy medio perdida; y en la parroquia pintó una capilla cerca de la puerta de la sacristía, y en una columna un San Vicente muy bonito, y en San Francisco la capilla de Viviani y la de los cuatro Coronados, con muchas historias al fresco. Pintó de la misma manera en la audiencia de la cofradía de Santa María de la Misericordia, a la virgen y el pueblo, con San Gregorio Papa y el obispo San Donato protector (#). Y a dichos rectores les trabajó un tabla al temple para San Laurentino y Pergentino (#), celebradísima y muy bonita.

En San Domenico hizo una capilla (#) a la entrada de la puerta de iglesia, la cual se llevó muy bien. Lo asaltaron un día mientras que hacía esta obra, unos enemigos y parientes suyos, que reñían por una dote, con armas lo espantaron; pero la gente lo socorrió rápidamente y fueron en su ayuda. Pero también el miedo que tuvo de tal asalto fue la causa que luego las figuras siempre las pintó torcidas de un lado, para excusa de tantas obras hechas y por las ofensas recibidas de las lenguas de esta mala gente, y les hizo una historia donde las lenguas están ardiendo, y Cristo en el aire las maldice y escrito debajo: Lenguas falsas.

Era Parri solitario y melancólico, y muy estudioso, dejándose la vida en los trabajos del arte. Murió a los 56 años (66), y en San Agustín en el sepulcro junto su padre Spinello lo enterraron (están en San Marcos de Morello), a quienes lo conocían les causó mucho pesar su muerte. Y porque vivió siempre con virtud y con gran renombre, éste aún después de muerto, perdura. Fueron sus pinturas alrededor del 1440, le hicieron después este epitafio:

PROGENVIT PARIDEM PICTOR SPINELLVS ET ARTEM

SECTARI PATRIAM MAXIMA CVRA FVIT

VT PATREM INGENIO y MANIBVS SVPERARIT AB ILLO

EXTANT QVAE MIRE PLVRIMA PICTA DOCENT.

aprox: El pintor Spinello se dedicó al arte, y se preocupó al máximo de ensalzar su patria, superando en ingenio y talento a su padre, mostrándose en muchas admiradas obras pintadas que están.