Vellano Paduano

Muy grande es la fuerza de representar, que las más de las veces al imitar bien la manera del imitado, las cosas hechas, se aprenden que parecen a menudo hechas del maestro, como se ve en las cosas de Vellano de Padua escultor; quién se empeñó tanto en estudiar y representar la manera y hacer de Donato, en la escultura y máxime en bronces, que es considerado en Padua su patria el heredero de la virtud de Donato; como aún hoy dan fe de las obras el suyas del Santo, en las cuales, piensan infinitos que son obras de Donato, si no se le informa de quien es, todavía permanecerían en el engaño. Este encendido de los grandes elogios que sentía decir de Donato, escultor florentino que entonces trabajaba en Padua, y del bienestar y comodidad que le veía vivir, mostrándose muy deseosos en su juventud de llegar a excelente y famosos, él acudió para que le enseñase el arte de la escultura; y siguiéndolo y estudiando de continuo bajo tan gran maestro, consiguió finalmente el objetivo suyo. Al servirlo y ayudarlo en toda la obra que hizo en Padua, siendo necesario volver de nuevo a Florencia, mereció que el maestro le dejase todas las herramientas, los proyectos y los modelos de aquéllas historias que se tenían que hacer de bronce en torno al coro del Santo de esta ciudad. Que fue causa que después de la parte de Donato, toda la obra sobre dicha fuera públicamente encargada al Vellano, que permaneció en su patria con enorme nombre y fama.

Hizo aun todas las historias de bronce que están en el coro del Santo en la banda exterior, que infinitas personas creen que el diseño debe haber venido de Donato, como la historia de cuando Sansón, abarcado la columna, arruina el templo de los Filisteos (#), dónde se ve como está llegando a la ruina y mueren los filisteos, y por otro lado la diversidad de aptitudes cuando se mueren, y el miedo; que maravillosamente está expresado por el Vellano. Y en el mismo lugar están algunas ceras y modelos de estas cosas, y algunos candelabros de bronce trabajados por él con historias, y llevadas con orden y garbo; de lo que tuvo elogios infinitos, donde se reconoce en las obras un extremo deseo de querer llegar a la excelencia de Donatello, el cuál muy detallista no llegó, demasiado arriba con un arte muy difícil.

Se le consideró y valoró mucho en Padua y por toda la Lombardía y la Soberanía de Venecia; porque no habían tenido excelentes artistas hasta a su tiempo, aún porque en fundir los metales tenía muy larga práctica, y valía un mundo. Sucedió, en él que ya volviéndose viejo, que para la soberanía de Venecia deliberó que se hacía de bronce la estatua de Bartolomeo de Bérgamo a caballo; y deliberaron hacer el encargo del caballo a Andrea del Verrocchio florentino, y la figura al Vellano. donde al saber de esto Andrea, que ya había terminado el modelo del caballo, llegada esta noticia, montó tanto cólera por el desprecio, que al no parecerle ser suficiente maestro como en efecto era, rompió las piernas y el cuello al modelo y, arruinó todo, y se volvió a Florencia. Pero recordado de la Soberanía que era todo el trabajo, al poco volvió a terminarlo. Y por esta cosa el Vellano tomó tanta pena, que se volvió a Padua. Y así bien no hizo ésta, son otras obras casi infinitas que hizo por la Lombardía, le sirvieron también bastante para que le dieran renombre y reputación. Y finalmente murió a la de edad de 92 años (unos 60 no estando exacta aún ni la fecha de nacimiento ni la de muerte). Sus exequias se celebraron en el Santo; donde tuvo honorable reposo el cuerpo y mantenida Después su memoria, dignamente en pago de los trabajos para honrar y exaltar él y su ciudad, que él realmente puede dar gloria de él.